EN EL TEATRO DE LA RIBERA SE PRESENTARON OBRAS REALIZADAS POR TRES DUPLAS DE COMPOSITORES Y COREÓGRAFOS, ATRAVESADAS POR LAS DANZAS Y MÚSICAS TRADICIONALES ARGENTINAS.


Diana Szeinblum/ Axel Krygier
¡Adentro!



Iván Haidar/ Carmen Baliero

El accidente




Pablo Lugones/ Gabo Ferro
Diabólico. La partitura y el mapa


El pasado miércoles 21 de diciembre, el histórico director del Teatro San Martín fue nombrado "Personalidad Destaca de la Ciudad de Buenos Aires en el ámbito de la Cultura" por la Legislatura porteña. El acto se celebró en el Salón Dorado del Teatro Colón y asistieron, además de funcionarios del área de la cultura, muchos amigos y trabajadores del Teatro San Martín

KIVE STAIFF POR HERMENEGILDO SÁBAT


La historia no es muy diferente a la de tantos inmigrantes que, afincados hacia fines del siglo XIX en pueblos del interior de la Argentina, en algún momento de sus vidas debieron abandonar, no sin dolor, esa tierra adoptada para viajar a Buenos Aires en busca de mejores oportunidades. En el caso de David Staiff, colono judío de Besarabia, la difícil decisión fue motivada por la necesidad de conseguir una mejor educación para sus hijos. En Escriña, un paraje perdido de la provincia de Entre Ríos que no muchos entrerrianos conocen, donde David se había establecido junto con su esposa, argentina de primera generación, había una pequeña escuelita atendida por una sola maestra y lo mejor que podía ofrecer a sus hijos era el segundo grado. David no dudó en dejar esa tierra y los caballos que tanto amaba para venirse a Buenos Aires, donde no le fue muy bien: terminó convertido en un comerciante a quien le fracasaron todos los negocios que encaró. Pero sus hijos pudieron terminar sus estudios en un colegio comercial, que era la mejor forma de aprender un oficio; así Aquiva Staiff se recibió de perito mercantil y no le quedó otra alternativa que ingresar en Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires, carrera que por cierto no terminó, ya que trabajaba como contador y le iba muy bien. Hasta que en cierto momento le picó el “bichito” del teatro y el periodismo cultural: integró como director periodístico y crítico las hoy míticas redacciones del diario La Opinión y de las revistas Confirmado y Análisis. Fundó su propia revista especializada (Teatro XX) y, en 1971, fue nombrado Director General y Artístico del Teatro San Martín de Buenos Aires, cargo que ocupó hasta 1973, cuando fue despedido de forma poco cordial por el gobierno peronista. Volvió al San Martín en 1976 y ejerció una gestión que aún hoy divide aguas entre quienes consideran que el San Martín fue por entonces una “isla” que, en plena dictadura, se atrevió a poner en escena a Brecht, García Lorca, Gógol o Bernard Shaw, y aquellos que no le perdonaron ser funcionario de un gobierno militar. Como fuera, durante esos años Kive creó el elenco estable, el Ballet Contemporáneo y el Grupo de Titiriteros; convirtió una vetusta confitería en una nueva sala experimental (la Cunill Cabanellas), e inauguró una temporada internacional que trajo a Buenos Aires a las figuras más relevantes de la escena del mundo. Con el regreso de la democracia, Kive fue ratificado en su puesto, afianzando al San Martín como el faro indiscutido del teatro porteño, tanto por las versiones de los clásicos como por el descubrimiento de nuevos y talentosos autores y directores. En 1990 se desempeñó como responsable de las artes de la representación en la Fundación Banco Patricios y, un año después, fue nombrado Director General de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, con rango de embajador. En 1996 asumió la dirección del Teatro Colón, en 1998 volvió a asumir la dirección del Teatro San Martín y, en 2000, le fue encomendada la conducción del Complejo Teatral de Buenos Aires. Staiff también fue responsable de la programación artística argentina en la EXPO SEVILLA ‘92 y del pabellón argentino en la VII Feria Internacional del Libro de Bogotá (Colombia). Entre las numerosas distinciones que recibió por su trayectoria se cuenta el título de Oficial de la Orden de las Artes otorgado por el Gobierno de Francia y, en octubre de 2016, la Legislatura porteña lo declaró Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires en el ámbito de la Cultura. 



EN PRIMERA PERSONA

En esta vida, transcurrida la mayor parte en esta ciudad hermosa y desconcertante que es Buenos Aires, tienen para mí un peso extraordinario los recuerdos de mi paso por el Teatro San Martín, donde llegué por mi condición de periodista, secretario de redacción y crítico teatral en el diario La Opinión. Algunos compañeros de este diario, los escritores Juan Gelman y Miguel Briante, el extraordinario Hermenegildo Sabat, los hermanos Juan y Jorge Cedrón, me alentaron a hacerlo. 

Vienen a mi mente anécdotas que seguramente sublimé artísticamente con el correr del tiempo. El Teatro San Martín es para mí un manojo de sentimientos instalado en mi memoria. Me retrotrae a mi padre, un impagable lector de Sholem Aleijem para su audiencia: hijos, sobrinos, primos, familiares; y un actor espléndido, según creo ahora, que de alguna manera me guió hasta acá.

Entre mis recuerdos aparece el personal del Teatro San Martín, allá por el año 2000, coreando al unísono ante la posibilidad de mi candidatura al puesto de Secretario de Cultura de la ciudad de Buenos Aires: “Kive no te vayas, Kive vení, quedate en el teatro y no ‘vamo’ a divertir”. 

Rastreando en mi memoria recuerdo también aquel estudiante que lloraba silenciosamente como espectador de una función de Stefano de Discépolo, o aquel arquitecto que ofreció su trabajo gratuito para “devolverle al San Martín” todo lo que el Teatro le entregó desde su adolescencia, o la carta de una ex desaparecida durante la dictadura militar de 1976-83 sobre lo que el Teatro San Martín significó para ella como símbolo de su retorno a la vida. El trabajo en tres etapas diferentes, con grandes aciertos en la mayoría de los espectáculos, pero también algún fracaso antológico, valió la pena. 

Y espero que algo de mi paso por el Teatro haya quedado en el alma de los espectadores.


Kive Staiff