VUELVE AL TEATRO SARMIENTO LA EXPERIENCIA ESCÉNICA EN LA QUE LOS POETAS DICEN SUS TEXTOS EN VIVO, AHORA BAJO EL AMPARO DE LAS NOCHES DE VERANO Y MIENTRAS COMPARTEN CON LOS ASISTENTES UN VASO DE LIMONADA.


El auge de los encuentros de poesía oral en Buenos Aires parece haber comenzado a fines de los noventa, tal vez como rebote de la producción de esa década, con ciertas características que algunos creyeron ver como un canon: una poesía desacralizadora, antilírica, apática. Un discurso que, como reacción a lo escrito durante la generación anterior, la del 80, se presentaba impregnado de coloquialismo, desinteresado por lo político (a tono con lo que sucedía en la Argentina neoconservadora de entonces), atento a lo kitsch y ajeno a cualquier referencia cultural previa. 

Más allá de la discusión acerca de si estas características alcanzan para determinar algún tipo de “movimiento” en la poesía producida entre 1990 y 2000 (o si todo se reduce a una de las tantas estrategias –extraliterarias siempre– con las que la maquinaria cultural suele homogeneizar diferencias y divergencias en pos de establecer un dudoso canon), lo cierto es que desde entonces el género poético vive un florecimiento que se verifica, más que en las ventas en las librerías, en la vitalidad de los ciclos y espacios que se multiplican en los barrios de la ciudad. 

Aunque de características bien disímiles y resultados artísticos de calidad siempre discutible, hoy existe una corriente de poesía oral en Buenos Aires integrada por miles de poetas jóvenes que se lanzan a decir sus textos en vivo apoyados por la música, el video y la performance, y que difunden sus encuentros mayoritariamente a través de las redes sociales. 

Haciéndose eco de esa explosión poética en la ciudad, el año pasado el Teatro Sarmiento abrió su escenario a La Luz Mala, un ciclo coordinado Vivi Tellas en el que los poetas decían sus textos en vivo, todos los sábados y domingos en un horario bastante inusual: al mediodía. 

Para abrir su temporada 2017, el Sarmiento vuelve con sus veladas poéticas, ahora en los atardeceres de verano, presentando a las voces más representativas y diversas de la producción poética porteña. 

Durante febrero serán anfitriones de estos encuentros Marie Gouiric (Pensaba que había un paisaje, jueves 2, viernes 3, sábado 4 y domingo 5), David Nahón (Algunas instrucciones para desaparecer, jueves 9, viernes 10, sábado 11 y domingo 12), Gael Policano Rossi con Malén Denis (La onda encantada, jueves 16, viernes 17, sábado 18 y domingo 19) y Manuel Hermelo con Teresa Arijón (ninfoleptos, jueves 23, viernes 24, sábado 25 y domingo 26). 

Los encuentros son a las 20 horas y tendrán un intervalo durante el cual los poetas compartirán una limonada con los asistentes).