VANESA GONZÁLEZ, PROTAGONISTA DEL CLÁSICO QUE SE REPONE HOY EN EL TEATRO REGIO, DESCRIBE LAS PARTICULARIDADES DE UNA VERSIÓN DIFERENTE DE LA TRAGEDIA, QUE HACE EJE EN LA VIOLENCIA EJERCIDA SOBRE LA MUJER.



Cuando Vanesa González entró a escena durante el primer ensayo de Otelo, los nervios provocaron que se le cayera el libreto de las manos y sus hojas se desparramaran por el escenario. Mientras se sucedían los chistes acerca de si el accidente pudiera ser una señal sobre la suerte de la puesta, la actriz se conectaba con el riesgo que supone exponerse: “Más allá de los resultados, siempre prefiero hacer algo nuevo antes que repetirme o conservar un lugar de comodidad”. La inquietud propia de los comienzos adquiere en ella el cariz del entusiasmo de aquellos artistas que encaran desafíos sin miedo a equivocarse. En este caso, todo parece haber salido más que bien, puesto que la versión de Otelo dirigida por Martín Flores Cárdenas la pasada temporada gozó de una repercusión entre el público y la crítica que convenció a las autoridades del CTBA de reponerla en este 2017. 

Pero los actores no sólo se exponen al público: antes deben superar la instancia de ser aprobados por el director. Vanesa González supo de la audición por su amigo Esteban Meloni (quien interpretó a Casio) y se presentó sin ninguna seguridad de quedar seleccionada: “Por momentos olvidé que se trataba de una prueba y llegué a disfrutarlo”, señala conmovida. Y tras la sorpresa de ser elegida para encarnar a Desdémona, se encontró con un director que tenía muy en claro el curso de la puesta, por lo que debió esforzarse para dejar de lado la información previa acerca del Otelo shakespeareano: “La propuesta es muy física y está apoyada en los estados de los personajes, que es la manera como suelo trabajar. Por otra parte, el director no tiene una forma de trabajo preestablecida, sino que se vincula muy bien con los actores, a quienes eligió tras asegurarse de que tenían la energía necesaria”. Luego de hacer un pequeño duelo en torno a lo que alguna vez imaginó que sería hacer Otelo, Vanesa se dio cuenta de que podría explotar aspectos muy propios de su naturaleza vital como el humor, el desprejuicio, la ironía y la sexualidad. Y que le sería muy productiva esa forma de vincularse con el material.  

“Lo que más me costó fue encontrar el cuerpo de Desdémona, su caminar, su estar”, aclara la actriz. “Antes de llegar a esa construcción, todo me resultaba difícil”. Para ello fue imprescindible la labor coreográfica de Manuel Attwell, quien “trabaja mucho para explotar del cuerpo de cada uno, dando una estructura más basada en el orden que la forma, y dejándonos también momentos ligados a la improvisación”. 

Sobre las características de “su Desdémona”, Vanesa González aclara que “no es la típica chica pura y casta que todos conocemos”. Muy por el contrario, ella toma alcohol, baila, sale con su amiga… es contestataria, sensual, provocativa: “Me encontré con muchos prejuicios sobre la mujer, como si vestirse o bailar de una forma determinara la infidelidad. Muchos me preguntan: ¿Al final, lo engaña o no? Vienen a ver una versión diferente como ésta y aparecen todas las dudas”. Porque para el director Martín Flores Cárdenas, aunque Otelo se estrenó hace cuatrocientos años, “el cuerpo de Desdémona nos interpela hoy y aquí”. De hecho, el director se pregunta “por qué se tolera que mueran mujeres asesinadas por hombres casi todos los días desde hace cientos de años”, de lo que devienen interrogantes como: “¿Cuándo empieza una tragedia?, ¿Cuándo un femicidio?, ¿Cuándo termina?”. 

La actriz confiesa que, con el correr de las funciones, se hizo cada vez más claro que la violencia de género (un tema muy actual en nuestra sociedad) atravesaba la puesta. “Los personajes no pueden parar: Otelo de celar, Desdémona de padecer la violencia, Yago de alimentar su ambición”. 

Ahora, en esta nueva temporada de Otelo, Vanesa González espera seguir divirtiéndose “sin pruritos ni solemnidad”, y que la experiencia siga creciendo. 


OTELO

Jueves a domingos a las 20.30 

Teatro Regio 

(Av. Córdoba 6056)





VUELVE AL TEATRO SARMIENTO LA EXPERIENCIA ESCÉNICA EN LA QUE LOS POETAS DICEN SUS TEXTOS EN VIVO, AHORA BAJO EL AMPARO DE LAS NOCHES DE VERANO Y MIENTRAS COMPARTEN CON LOS ASISTENTES UN VASO DE LIMONADA.


El auge de los encuentros de poesía oral en Buenos Aires parece haber comenzado a fines de los noventa, tal vez como rebote de la producción de esa década, con ciertas características que algunos creyeron ver como un canon: una poesía desacralizadora, antilírica, apática. Un discurso que, como reacción a lo escrito durante la generación anterior, la del 80, se presentaba impregnado de coloquialismo, desinteresado por lo político (a tono con lo que sucedía en la Argentina neoconservadora de entonces), atento a lo kitsch y ajeno a cualquier referencia cultural previa. 

Más allá de la discusión acerca de si estas características alcanzan para determinar algún tipo de “movimiento” en la poesía producida entre 1990 y 2000 (o si todo se reduce a una de las tantas estrategias –extraliterarias siempre– con las que la maquinaria cultural suele homogeneizar diferencias y divergencias en pos de establecer un dudoso canon), lo cierto es que desde entonces el género poético vive un florecimiento que se verifica, más que en las ventas en las librerías, en la vitalidad de los ciclos y espacios que se multiplican en los barrios de la ciudad. 

Aunque de características bien disímiles y resultados artísticos de calidad siempre discutible, hoy existe una corriente de poesía oral en Buenos Aires integrada por miles de poetas jóvenes que se lanzan a decir sus textos en vivo apoyados por la música, el video y la performance, y que difunden sus encuentros mayoritariamente a través de las redes sociales. 

Haciéndose eco de esa explosión poética en la ciudad, el año pasado el Teatro Sarmiento abrió su escenario a La Luz Mala, un ciclo coordinado Vivi Tellas en el que los poetas decían sus textos en vivo, todos los sábados y domingos en un horario bastante inusual: al mediodía. 

Para abrir su temporada 2017, el Sarmiento vuelve con sus veladas poéticas, ahora en los atardeceres de verano, presentando a las voces más representativas y diversas de la producción poética porteña. 

Durante febrero serán anfitriones de estos encuentros Marie Gouiric (Pensaba que había un paisaje, jueves 2, viernes 3, sábado 4 y domingo 5), David Nahón (Algunas instrucciones para desaparecer, jueves 9, viernes 10, sábado 11 y domingo 12), Gael Policano Rossi con Malén Denis (La onda encantada, jueves 16, viernes 17, sábado 18 y domingo 19) y Manuel Hermelo con Teresa Arijón (ninfoleptos, jueves 23, viernes 24, sábado 25 y domingo 26). 

Los encuentros son a las 20 horas y tendrán un intervalo durante el cual los poetas compartirán una limonada con los asistentes). 



EL GRUPO DE TITIRITEROS DEL TEATRO SAN MARTÍN, QUE DIRIGE ADELAIDA MANGANI, OFRECE UNA NUEVA VERSIÓN DEL CLÁSICO DE SHAKESPEARE DIRIGIDA POR ARIADNA BUFANO Y REVALORIZA LA TÉCNICA DE GUANTE PARA PRESENTAR A LOS QUE SE REBELAN A LO ESTABLECIDO.


“De las infinitas posibilidades que ofrece la obra, en esta versión elegimos al deseo como eje del relato. Ese deseo capaz de llevar a los protagonistas incluso a la muerte por negarse a abandonarlo. Los personajes-títeres son habitados por múltiples cuerpos de Romeos y Julietas. Porque hay muchos Romeos y muchas Julietas. Son quienes se rebelan a lo establecido”, describe Bufano acerca de la puesta recientemente estrenada. Al pensar en los protagonistas de esta historia de amor profundo, le resultó inevitable la referencia a los jóvenes de hoy. “¿Qué los mueve? ¿A qué se enfrentan? ¿Cuáles son sus sueños? ¿Y cuáles los mandatos que nosotros, los adultos, les imponemos?”, fueron algunos de los interrogantes que propone esta relectura “que pone el acento en lo arquetípico de los personajes: Julieta, el paradigma de la mujer enamorada y valiente; Romeo, el varón osado y transgresor”.

El planteo del proyecto retomó la idea planteada hace unos años por Tito Loréfice (ex integrante del Grupo) de abordarla a través de la técnica de guante, además de inspirarse en los títeres que Maydée Arigós diseñó en aquella oportunidad. Así, la tradición fue rescatada a través de una mirada actual, reviviendo y resignificando materiales utilizados en otras puestas: “Dicha modalidad surgió de una iniciativa de los miembros del elenco, que reclamaban conectarse con títeres del pasado, para restaurarlos e incorporarlos a los nuevos espectáculos”, explica Adelaida Mangani. Si bien en un principio Mangani confiesa haberse resistido un poco al pedido de los titiriteros, descubrió un fenómeno que la conmovió profundamente: “En el transcurso del proceso de restauración, me di cuenta de que este abordaje ofrece un modo para que los miembros del elenco se conviertan en herederos directos y activos del capital estético y simbólico acumulado durante cuarenta años de tarea incesante. Y, por lo tanto, en una forma más de pasar la antorcha a sus manos”. Para Adelaida, con Romeo y Julieta Ariadna Bufano “produce una síntesis de estos sentidos. Ella y el elenco se constituyen en dueños del legado y, al mismo tiempo, con una técnica antigua, inventan nuevas herencias”.


ROMEO Y JULIETA
Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín

Miércoles, 20 horas

Teatro Regio

(Avda. Córdoba 6056)



LA COMPAÑÍA BUENOS AIRES ESCÉNICA, DIRIGIDA POR MATÍAS FELDMAN, OFRECIÓ UN WORKSHOP EN EL TEATRO SARMIENTO ACERCA DE SU INVESTIGACIÓN EN LAS PRUEBAS EXHIBIDAS EN ESE MISMO TEATRO EN 2016.

Dentro del formato Artista en Residencia que, curado por Vivi Tellas, parte de la invitación a un artista para desplegar y profundizar un proyecto a largo plazo, el seminario del Proyecto Pruebas tuvo un rol inaugural. Para llevarlo a cabo, el Complejo Teatral había realizado -en diciembre pasado- una convocatoria orientada a actores, directores, dramaturgos, bailarines y coreógrafos, de la que resultó una selección de más de cuarenta personas (entre participantes y oyentes) que asistieron al workshop de manera gratuita.

Durante los encuentros de las primeras dos semanas, la Compañía propuso experiencias prácticas en torno a los procedimientos utilizados en las Pruebas I y II (Elasticidad – Desintegración del Realismo por default), y IV (Dramaturgia del instante, Imaginación técnica – Edición de la percepción del tiempo – Expresiones intermedias) apuntando a reflexiones teóricas vinculadas a dicha experiencia. Entre los más de trescientos postulantes que enviaron su currículum, el actor Julián Chertkoff fue uno de los seleccionados para participar como oyente del workshop. Por cuestiones de seguridad, algunos de los artistas estuvieron en el escenario y otros, en la platea, pero eso no impidió que la Compañía propiciara un intercambio fluido y horizontal entre todos: “Observar desde un lugar no solo de espectador sino también como participante activo de lo que sucede en escena es muy enriquecedor para el actor. En este caso, fue fundamental poder ver y reflexionar en simultáneo acerca de aspectos puntuales como el uso de las palabras en diversos tipos de actuación (realismo, expresionismo, una actuación literal), o las muchas similitudes que podían percibirse en las maneras de entender y hacer Realismo por default los distintos actores”. Chertkoff destaca, asimismo, cómo fue adaptándose a una nueva forma de mirar en las indagaciones acerca del paso del tiempo, una instancia en la que “se descubre una gran cantidad de operaciones que realizamos casi sin darnos cuenta, y que al expandirlas parecen deformarse”.

En la tercera y última semana, se presentaron las hipótesis de trabajo de la Prueba III: Las convenciones, y luego se brindó un teórico sobre Dramaturgismo. En relación al trabajo del actor, Chertkoff destaca la importancia de que la Compañía decidiera compartir cómo aborda el trabajo: “Fue una oportunidad para poner en crisis lo conocido, lo que damos por obvio, como por ejemplo el poder que tiene la elección de las palabras que usamos para hablar de teatro. La experiencia del Workshop me produjo deseos de investigar en torno a las formas de acercarme a mi trabajo”. Una de las características más valiosas de las mañanas en el Sarmiento fue, quizá, recordar que “no hay una sola forma de hacer las cosas”.

Para el último día, estaba previsto cerrar el Workshop con una mesa redonda en la que integrantes de la Compañía, Vivi Tellas (Directora Artística del Teatro y curadora de Artistas en residencia) y el filósofo y pintor Eduardo Del Estal conversaran acerca de la percepción, el sentido y los modelos de representación. Si bien la actividad debió suspenderse por motivos de fuerza mayor del propio Del Estal, no se descarta que sea reprogramada.




Continúa el ciclo de canciones de amor en el Teatro de la Ribera con la presencia del trío de jazz de Manuel Fraga (sábado 18) y el destacado cantautor Ramón Ayala, referencia ineludible de la música litoraleña (domingo 19)


Manuel Fraga, Damián Falcón y Germán Boco, tres de los mejores intérpretes del jazz local, presentan el sábado 18 un show con un repertorio de verdaderos clásicos de los films del gran director neoyorquino. Desde Manhattan hasta Blue Jasmine –y a través del relato de escenas inolvidables en las que el jazz y el humor van de la mano–, la lista incluye obras de George Gershwin, Duke Ellington, Irving Berlin, Cole Porter y Benny Goodman, entre otras.



Con más de 40 años de trayectoria, Ramón Ayala es cantautor, escritor, poeta y pintor, además de uno de los máximos referentes de la música del litoral. Creador de canciones inolvidables como El cosechero, su presencia en el ciclo junto con los Hermanos Núñez representa una extraordinaria ocasión para reencontrarse con la música, la poesía, el andar y el baile de una de las regiones con más rica tradición folclórica de la Argentina.


Ambos recitales tendrán lugar a las 19 horas

Entrada general $50 

Teatro de la Ribera 

(Avda. Pedro de Mendoza 1821)


LA COMPAÑÍA BUENOS AIRES ESCÉNICA, QUE DIRIGE MATÍAS FELDMAN, COMENZÓ A ENSAYAR LA PRUEBA V: EL RITMO, QUE SE ESTRENARÁ A FINES DE MARZO EN EL TEATRO SARMIENTO.

En octubre de 2016, Luciano Suardi, Juliana Muras, Maitina De Marco, Guido Losantos, Lorena Vega, Javier Drolas, Juan Francisco Dasso, Rakhal Herrero, Emiliana De Cristofaro, Melisa Santoro y Matías Feldman presentaron las primeras cuatro de las diez pruebas que pretenden desarrollar. Con génesis en el circuito de teatro independiente, el proyecto dialogó en su modo de producción inicial con el del teatro oficial y sus distintas particularidades (otros protocolos y formas de trabajo), enfrentándose exitosamente a un público distinto. Así, el año pasado ofrecieron en el Complejo Teatral: Prueba I: El espectador (material de archivo- proyección de video), Prueba II: La desintegración, Prueba III: Las convenciones y Prueba IV: El tiempo. Esta semana, y en continuidad con esa labor, el grupo de artistas empezó a ensayar la Prueba V: El Ritmo, que se estrenará el próximo 22 de marzo. 

Según Feldman, la compañía se encuentra frente a “un desafío de búsqueda constante”, que se irá develando en los dos meses de laboratorio que transcurrirán antes del estreno. Aunque todo esté por descubrirse en los ensayos, el director –además actor, pianista y docente- ya adelantaba en octubre pasado a Los inrocks: “Quiero trabajar los elementos de las escenas rítmicamente, como si fueran parte de una partitura musical”. 

Además de las funciones propiamente dichas, las pruebas constaron de cuatro patas: la investigación en sí misma; la bitácora que realiza el dramaturgista (una especie de diario de toda la investigación que puede ser solicitada por el espectador para leer más acerca del proceso); y los workshops (algunos dirigidos específicamente a personas vinculadas al quehacer teatral, como el que se dictó recientemente en el Teatro Sarmiento, y otros, abiertos a toda la comunidad). El ritmo no será la excepción, pero además contará con algunas novedades como la presencia de varios actores invitados que aún no han trabajado en ninguna de las pruebas anteriores. Por su parte, quienes pertenecen a la compañía y no actúen en esta instancia, igualmente colaborarán artísticamente en toda la investigación, que continuará preguntándose con espíritu crítico y transformador acerca de distintos aspectos de lo escénico como: la percepción, los modelos de representación, los procedimientos escénicos, las convenciones y el lenguaje.