SHAKESPEARE, UN ENIGMA

La verdadera dimensión de un genio con la misión de reinventar el arte teatral y descifrar lo inabarcable para los humanos. Y que supo manipular los sueños con una obra que nos sigue deslumbrando.

La verdadera dimensión de un genio con la misión de reinventar el arte teatral y descifrar lo inabarcable para los humanos. Y que supo manipular los sueños con una obra que nos sigue deslumbrando. 

Se ha repetido que la vida de Shakespeare representa todo un enigma. Son muy pocos los datos comprobados acerca del que es, sin dudas, el creador más célebre del teatro de todos los tiempos. Y hasta su propia existencia fue, durante mucho tiempo, cuestionada por críticos y estudiosos. 

Hoy se sabe con alguna certeza que William Shakespeare fue bautizado el 26 de abril de 1564 en Stratford-upon-Avon, una localidad cercana a la actual Birmingham, en el centro de Inglaterra. Lo próximo que se conoce es que se casó en 1582 con Anne (o Agnes) Hathaway, la hija de un granjero, con quien tuvo tres hijos: Susan y los mellizos Judith y Hammet. En 1592 se encontraba en Londres, donde ejerció varios oficios, desde criado hasta tramoyista. Su interés por la escena lo llevó a integrar la compañía de Richard Burbage, un famoso actor y propietario teatral, desempeñándose no sólo como dramaturgo sino también como ocasional actor. Ya convertido en un autor de mucho éxito, se retiró a su pueblo natal, donde murió el 23 de abril de 1616, a los 52 años. 

Sin embargo, los secretos de Shakespeare están revelados, finalmente, en los textos de sus obras, desde las grandes tragedias como Hamlet, Rey Lear, Macbeth y Otelo hasta las comedias como Sueño de una noche de verano, El mercader de Venecia y Noche de reyes; desde la juvenil Trabajos de amor perdidos hasta su magnífico testamento: La tempestad. 

Todas ellas dan cuenta de una imaginación apabullante y de una lucidez que, hace cuatro siglos, viene modelando nuestra visión del mundo.

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