NAHUEL BRIONES: “DIV@ O MUERT@” EN EL HALL CENTRAL ALFREDO ALCÓN

CRECER Y DESCLASIFICARSE

El autor de temas como Bailamos, Sailor Moon o Martes de mediodía, anticipa cómo será su presentación en el Hall Central del Teatro San Martín, y ofrece claves de su trabajo como músico, compositor y performer.

El autor de temas como Bailamos, Sailor Moon o Martes de mediodía, anticipa cómo será su presentación en el Hall Central del Teatro San Martín, y ofrece claves de su trabajo como músico, compositor y performer.

 

‒En una entrevista que le hicieron en Billboard afirma tener fans a partir de los seis años. No es ilógico pensar que personas de cincuenta o sesenta se haga fan de sus canciones. ¿Cómo interpreta esta amplitud de público? 

‒Soy una persona que nació en los ‘90, consumí mucha música de los ‘60, ‘70 y ’80, y seguramente esa influencia acerca a personas de esa generación. La repercusión que tiene mi música en lxs niñxs fue para mí muy sorprendente, sobre todo porque las canciones que más resuenan en lxs infantes son las más políticas (Sailor Moon, Bailamos, No todo es color de rosa). Por un lado, conceptos muy simples y básicos como que la Iglesia debe estar separada del Estado o que la policía no es una institución para protegernos sino para controlarnos y reprimirnos, resultan más obvios cuando somos pequeñxs. Al crecer, al mismo tiempo crece la automanipulación y la necesidad de confiar en paradigmas establecidos tan ridículos como que la policía nos puede cuidar, que generarle mucha plata a una empresa extranjera beneficia al mercado interno, o que es más importante la vida de un feto que la de una persona adulta con cuerpo gestante. Por otro lado, el sentido del humor se pierde con los años.

‒En sus presentaciones, la escucha se abre al resto de los sentidos. ¿El teatro es un espacio necesario para su música?

‒No sé cuál es el límite de lo musical, lo performático y lo teatral. Tampoco, por qué nos resulta tan importante clasificar. Creo que mi manera de abordar la performance se asemeja más a la expresión corporal que al teatro. Necesito articular lo que siento en el cuerpo con lo que está sonando. Siempre recuerdo los movimientos o acciones que generaron algo potente entre la escena y el público; entonces las repito y las potencio, las exagero, agrego personas u objetos, las acompaño con iluminación, etcétera. 

‒El sonido de El nene minado es el resultado de su paso por la Bienal de Arte Joven. Sin embargo, parece producto de una profunda maduración de distintos ritmos y temáticas. ¿Cuál es su forma de construir canciones?

‒En general parto de una idea sencilla de ritmos superpuestos, como en la introducción de Ticket. Siento que una canción va a llegar a buen puerto cuando el motivo primigenio me genera ganas de bailar. En El nene minado hay un coqueteo histérico por varios ritmos y estéticas: el afrobeat, el disco, el tecnopop, la canción beatle, los ritmos brasileros, la canción rioplatense, el rock and roll. Al margen del apoyo de la Bienal, El nene minado contó con un equipo excepcional. Tuve el privilegio de trabajar con mi banda durante casi tres meses en el estudio, probando arreglos y grabando varias versiones. Disfruto de poder expresar mis pensamientos sobre la situación actual del continente, los nuevos paradigmas del amor, lo estúpido que me parece que el mundo se separe en géneros (literarios, musicales, sexuales) y, también, reflexiones íntimas que, así como me ayudaron a salir de algún pozo, también pueden ayudarle a otrxs. No hay intención de volverme unx  escritorx de autoayuda. Mi plan siempre fue compartir mi locura, o las locuras cercanas que me interpelaron, por el placer de decir cosas y no por usar el lenguaje como un mero instrumento.

‒En canciones como Martes de mediodía o Serenata, parece que lo estético estuviera supeditado a lo existencial. ¿Piensa sus canciones dentro de un panorama de mayor alcance en el tiempo? 

‒Compongo a partir del entusiasmo. Si tengo ganas de hacer una música que busque compartir con otrxs mi recuerdo del bolero, la trabajo hasta que me guste. Si quiero hablar acerca de tal o cual tema, escribo hasta que encuentro la manera que más me convence. Me aburren las sonoridades parecidas. Me imagino tocando a los cincuenta con los mismos instrumentos y siento asfixia. 

‒Te vas a presentar en el ciclo Música en el Hall en el Teatro San Martín. ¿En qué se diferencia del resto de sus presentaciones?

‒El proyecto que tengo pensado realizar en el Hall se llama Div@ o Muert@. Intenta trasladar la intimidad de los conciertos que daba en centros culturales y salas minúsculas hace unos años por medio de la técnica inalámbrica. Me da la libertad de trasladarme por el espacio de la sala, usar mi cuerpo como una escenografía y moverme al ritmo de mi necesidad física de comunicar. Voy a hacer una selección de las mejores canciones de mis discos El Cruce de los Unders, Guerrera/Soldado y El nene minado. En general, mis presentaciones son en espacios más cerrados. En la infancia, mi intelecto fue cultivado en las butacas del San Martín, así que dar allí un recital es como un viaje en el tiempo, ir a cantarme a mí de niñx. Así que me lo tomo con mucha seriedad.

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