UNA NUEVA MATERIALIDAD

El concepto de lo retrospectivo remite a la idea de “observar hacia atrás”. En el caso de las artes plásticas o el cine, esa mirada al pasado busca establecer relaciones entre los elementos formales, conceptuales y temáticos que aparecen, de modo constante, en la estética de un determinado artista.

¿Pero qué sucede con lo retrospectivo en relación con el teatro? ¿Puede recuperarse un objeto escénico, esencialmente vivo, para operar sobre él, cuando sabemos que los cuerpos de los actores podrían modificar el sentido de la obra?

Este es uno de los atractivos del programa Artista en Residencia, que con curaduría de Vivi Tellas se viene desarrollando desde hace unos años en el Teatro Sarmiento. La propuesta es tomar el valor documental de las obras anteriores de una artista, sin juzgarlas o modificarlas (dentro de lo posible), desde el presente. Además de la retrospectiva, la propuesta incluye la realización de un seminario para compartir el trabajo con la comunidad artística y, finalmente, el estreno de un nuevo espectáculo.

El programa se inauguró en 2016 con el Proyecto Pruebas de la Compañía Buenos Aires escénica que dirige Matías Feldman, continuó en 2018 con el grupo Piel de Lava y la presentación de su último trabajo, Petróleo, y en 2019 estuvo dedicada a la bailarina y corógrafa Leticia Mazur, quien estrenó Phantastikon. 

Para la edición 2020 de Artista en Residencia, la elegida era la actriz, autora y directora Mariana Chaud, pero tuvo que ser postergado por casusa de la emergencia sanitaria que provocó la pandemia. A fines del año pasado, en el marco de Modos Híbridos, el ciclo de producciones audiovisuales en los que los artistas abordaban, utilizando recursos tecnológicos, los mundos de ficción que habían imaginado para el escenario, Chaud estrenó El regreso del disco de oro del Voyager 1, una especie de collage con las obras que no pudo montar en la retrospectiva pero reversionadas y enhebradas a partir de un personaje muy particular: un extraterrestre que une el recorrido por las diferentes obras y ampara la idea de “percibir una parcialidad desde una mirada no sólo por fuera del teatro sino por fuera del mundo”.

Con ese audiovisual, Mariana Chaud reflexionaba sobre el sentido mismo de volver a montar sus obras originales, cuando lo que queda de ellas son “versiones”.  Ahora que finalmente la retrospectiva se presenta en el Teatro Sarmiento, se podrá comprobar qué sucede con ellas. “Cada obra es como una nueva versión de la original”, dice la autora y directora. “Es así inevitablemente. Para los actores ha pasado el tiempo (de alguna manera son otros) y algo similar ocurre con la utilería, la escenografía, el vestuario, la luz y la música. Aunque rija el más preciso criterio documental, la apropiación es nueva, el acercamiento es nuevo y, sobre todo, la materialidad es nueva”.

Sigo mintiendo (2004), elhecho (2005), Budín inglés (2006) y Ubú patagónico (2014) son las piezas escritas y dirigidas por Mariana Chaud que integran la retrospectiva. Un hombre azul y un cumpleaños decadente; una comedia punk sobre la existencia de la fe; lectores en busca de perderse en la lectura o de encontrarse a sí mismos en las palabras; desde qué lugar recuperar la transgresión cuando lo moderno se transformó en clasicismo. Cuatro piezas donde la biografía deriva en lo fantástico y lo canónico en vanguardista, y en las que el humor siempre le gana terreno al drama. Un humor zumbón y reflexivo, deudor de su contemporaneidad. 

 

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