Foto: ©️1960 TOHO CO., LTD.

;

Mikio Naruse, (re)descubrir a un maestro

Dieciséis largometrajes en copias 35mm

Sinopsis

 

Del martes 3 al martes 24 de septiembre se llevará a cabo en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) un ciclo denominado Mikio Naruse, (re)descubrir a un maestro. El programa está integrado por dieciséis films del gran cineasta japonés, en copias 35mm especialmente enviadas desde Tokio, e incluye clásicos de su filmografía como Cuando una mujer sube la escalera, Nubes flotantes y La voz de la montaña, además de films que se exhibirán por primera vez en nuestro país. El ciclo está organizado por el Complejo Teatral de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad, junto con Fundación Cinemateca Argentina, The Japan Foundation y el Centro Cultural e Informativo de la Embajada de Japón.

 

“Mizoguchi, Ozu, Naruse. Este orden, para nosotros inmutable, parece experimentar actualmente algunas turbulencias. Sobre todo en Asia. Ya desde hace tiempo los japoneses cuestionaban la clasificación de estas tres cumbres de su edad de oro cinematográfica. Colocaban en la cabeza a Ozu, más próximo a su idea de cómo realmente son. Y he aquí que ahora Naruse, no sólo en Japón, sino en toda Asia –en Taiwan los dos mejores cineastas, Hou Hsiao-hsien y Edward Yang, lo reivindican como su maestro–, accede al primer puesto. Mizoguchi, por supuesto, permanece a mis ojos como el gran clásico. Alcanza la universalidad por la perfección de una puesta en escena inimitable, de una riqueza semántica hasta hoy insuperada. (...) Ozu aspiraba menos a la plenitud de la puesta en escena que a lo absoluto del estilo, erigido en un sistema simétrico de una regularidad de metrónomo, hasta el punto de que ningún otro maníaco de la escritura, ni siquiera Bresson, intentó lo que Ozu osó. (...) Naruse, por su parte, proponía algo que es preciso calificar como moderno y que justifica la admiración que se le tributa en nuestros días. Pues moderno fue Naruse sin quererlo ni saberlo, por el simple juego, presumo yo, de una extremada atención aplicada a los movimientos y pulsaciones más ínfimos de la vida. Su cámara se adhiere a cada instante del presente, del que no puede desviarse, que no puede soslayar y que menos todavía puede arreglar o componer. Este lujo es la ilusión de los ricos y los poderosos. Los personajes humildes y cotidianos de Naruse no tienen siquiera ninguna posibilidad de aspirar a ello. Están demasiado adheridos, ellos también, a ese presente que deben soportar. La vida, en Naruse, está en el límite de la supervivencia, no de la supervivencia física sino de una supervivencia psíquica y moral, es decir –siguiendo el criterio japonés dominante–, estética. Existe una belleza de la vida que los personajes presienten, sienten –con resentimiento–, porque saben perfectamente que siempre se les escapará. Las cosas son lo que son de una vez por todas, sin ningún tipo de misterio, exentas de la menor posibilidad de ilusión. Rara vez un cineasta ha filmado de forma más inmediata, llana y terriblemente legible". (Jean Douchet, A propósito de Naruse. Trafic Nº3, 1992).

 

Japan Foundation_logo
Embajada del Japon
cinemateca nuevo

Días y horarios

TODAS LAS FUNCIONES COMIENZAN PUNTUALMENTE EN EL HORARIO ANUNCIADO

 

Martes 3  

A las 15 horas 

¡Esposa! ¡Sé como una rosa!

(Tsuma yo bara no yô ni; Japón, 1935)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Sachiko Chiba, Yuriko Hanabusa, Kamatari Fujiwara.

Kimiko, una oficinista, vive con su madre, una poetisa bien conocida y algo excéntrica. La joven quiere casarse con Heihachiro, pero el padre de Kimiko ha abandonado a la familia por otra mujer y vive en el campo. Un día, Kimiko ve casualmente a su padre en la ciudad...

¡Esposa! ¡Sé como una rosa! y La chica en boca de todos, dos de los cinco films hablados que Naruse rodó en 1935, son películas excelentes y representativas de su obra; ambas monopolizaron la atención de periódicos y revistas serias de cine a la hora de escoger los mejores títulos del año. ¡Esposa! ¡Sé como una rosa! se exhibió comercialmente en salas de cine norteamericanas dos años después de su estreno en Japón, uno de los más tempranos ejemplos de introducción del cine japonés en un mercado extranjero". (Shiguehiko Hasumi y Sadao Yamane, Mikio Naruse en la historia del cine japonés).

“Hay características que pueden considerarse comunes a Ozu y a Naruse. Para empezar, no se puede negar la similitud de sus períodos formativos. Naruse era dos años más joven que Ozu. Debutó como realizador tres años más tarde que Ozu (en 1930). Las primeras películas de ambos cineastas eran copias de las comedias mudas, especialmente el cine de slapstick de Hollywood. De haber alguna diferencia entre los dos, sería probablemente que Ozu llegó más lejos a la hora de copiar el cine de Hollywood. Poco después llegó la Gran Depresión y la sociedad japonesa se llenó de ansiedad. Como retrato de esa situación, Ozu y Naruse rodaron películas que describían la vida de ciudadanos azotados por la pobreza. Entre los dos se formó una relación como la que hay entre la luz y la sombra, o el yin y el yang, y se les consideraba gemelos. En este sentido, probablemente fue necesario que Naruse se separase de Ozu para encontrar un universo fílmico propio. Sin embargo, Ozu describía a menudo a Naruse como alguien cercano, un realizador que estaba en su misma longitud de onda. Por otro lado, no está demasiado claro lo que Naruse pensaba de Ozu. A diferencia de Ozu, Naruse nunca hablaba abiertamente de otros realizadores. Esto hizo de Ozu la luz y de Naruse la sombra, o al menos nos da una base para compararlos así”. (Kiju Yoshida).

(74’; 35mm).

 

A las 20.30 horas 

Nubes flotantes

(Ukigumo; Japón, 1955).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Masayuki Mori, Chieko Nakakita.

Yukiko recorre las ruinas producidas por los bombardeos en Tokio en busca de Tomioka, un hombre con el que trabajó durante la guerra. Pero Tomioka aún sigue casado y vive con su mujer y su suegra.

Nubes flotantes es una de las seis películas que Naruse adaptó de su novelista favorita, Fumiko Hayashi, y otra seria candidata al máximo pedestal personal. Calificada por el crítico francés Jean Douchet como 'la versión de Vértigo de Naruse' y comparada por el mismo ensayista con el Bolero de Ravel ('por su estructura infinitamente repetitiva'), Nubes flotantes narra la interminable, obcecada persecución a la que una mujer somete al hombre que no la ama. (Horacio Bernades, Página/12. Febrero 2004).

“En Naruse, la sensación del vacío no procede ya de un futuro desconocido e inexorable, sino de la sobrecarga de un presente sofocante. Este último ocupa el terreno igual que se dice de un enemigo que ocupa el territorio. No hay aquí representación del vacío, como en Rossellini, Ozu, Antonioni, Bresson, etc.; no hay respiro entre los planos que representan la continuidad sin falla del relato. La vida, constantemente presente, circula incesante, simplemente porque es la vida a la que nada puede detener. Pero está desprovista de sentido. Entonces Naruse introduce el vacío, su vértigo y su suspenso, mediante efectos de montaje de singular sutileza, puesto que no es preciso detener el curso del relato sino mantenerlo en su aparente continuidad y linealidad. (...) Por extensión, Nubes flotantes cubre un espacio más amplio de lo que permite suponer su simple apariencia melodramática. A través de la historia de esta pareja, Naruse cuenta la historia psíquica y moral que azotó a los japoneses desde 1945 hasta 1955. Si el presente ocupa el espacio es porque es el fruto del gran acontecimiento innombrado: la derrota. Apenas evocada y, sin embargo, siempre presente. Nubes flotantes es, sin duda, el testimonio más secreto pero también el más verdadero sobre la mentalidad japonesa ante la adversidad, en sus dos vertientes: el alma humillada y el alma orgullosa". (Jean Douchet, A propósito de Naruse).

(123'; 35mm).

 

Miércoles 4  

A las 15 y 21 horas 

¡Esposa! ¡Sé como una rosa!

(Tsuma yo bara no yô ni; Japón, 1935)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Sachiko Chiba, Yuriko Hanabusa, Kamatari Fujiwara.

(74’; 35mm).

 

A las 18 horas 

Hideko, la cobradora de autobús 

(Hideko no shashô-san; Japón, 1941)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Kamatari Fujiwara. 

Basada en una novela de Masuji Ibuse (autor de la célebre Lluvia negra), el film narra las peripecias de un conductor y una cobradora de autobús en medio de los profundos cambios socioeconómicos que enfrenta su país.

Hideko, la cobradora de autobús es una película que casi no tiene ningún elemento dramático convencional. A pesar de esto, o quizá precisamente por ello, es una película enormemente atractiva. Pero entonces, si no hay un drama en acción, ¿qué es lo que hay? Sólo se puede describir como un cine de movimientos. Pese a la existencia de elementos con potencial dramático, entra en juego la conjunción, específica de Naruse, de la acción narrativa y la acción descriptiva, resultando en la pura brillantez de un cine de movimientos. Y el ritmo de los sentimientos que se crea nos conmueve profundamente". (Sadao Yamane. Mikio Naruse en los años de preguerra hasta la guerra). 

“El 28 de diciembre de 2010 murió Hideko Takamine. Seis meses antes yo había descubierto las películas de Mikio Naruse y con ellas a esa mujer cuyos rasgos y roles no respondían al canon de inmaculada belleza japonesa sumisa, tabula rasa de porcelana para el deseo masculino. Su cara, pero sobre todo su carácter, así como sus maneras y los personajes prácticos, autosuficientes y pícaros, juguetones incluso en la adversidad, marcaron tanto su carrera como la del director, último de los ‘maestros japoneses’ descubierto por Occidente. (...) Ver una película con Hideko Takamine ya es suficiente motivo de alegría. La actriz preferida de Naruse fue, es y será un espectáculo aparte. Sus roles no son nunca los de mujer sumisa o resignada. Su tozudez es proverbial e inteligente. Siempre sabe lo que quiere y cuando no lo sabe ni se le cruza por la mente disimular. Se distingue por rasgos físicos y gestos particulares (sacar la lengua, la miopía) que no son nunca altisonantes, pero suficientemente expresivos como para añadirle un plus de visibilidad inolvidable y, sobre todo, caracterizarla más allá de sus personajes". (Marcos Vieytes, Calanda).

(54'; 35mm).

 

Jueves 5  

A las 15 y 21 horas 

Hideko, la cobradora de autobús 

(Hideko no shashô-san; Japón, 1941)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Kamatari Fujiwara. 

(54'; 35mm).

 

A las 18 horas 

La llegada del otoño

(Aki tachinu; Japón, 1960).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Nobuko Otowa, Murasaki Fujima, Kamatari Fujiwara.

Un niño y su madre, viuda desde hace un año, se trasladan a Tokio a vivir con unos parientes. Ella trabajará en una posada y él tendrá que compatibilizar sus estudios con la ayuda en la verdulería de su primo.

“A comienzos de los años 60 el cine japonés vivió una seria crisis y muchas compañías se vieron obligadas a modernizarse. El productor Shiro Kido, que en una ocasión había criticado el carácter sombrío de las películas de Naruse, ascendió por aquel entonces a una posición ejecutiva dentro de la Shochiku y recurrió a nuevos directores como Nagisa Oshima y Kiju Yoshida para tratar de superar la crisis. El intento fracasó. Los jóvenes directores de la 'nouvelle vague de la Shochiku' debieron poner en pie producciones independientes propias para poder seguir activos. Akira Kurosawa también se vio forzado a montar sus propias producciones, y al hacerlo proporcionó a la Toho películas como Yojimbo (1961). Durante este período Naruse produjo y dirigió La llegada del otoño”. (Shiguehiko Hasumi y Sadao Yamane, Mikio Naruse en la historia del cine japonés).

“La llegada del otoño refleja las luchas cotidianas descritas en algunos de los films de Naruse previos a la guerra. Rodada en blanco y negro, el realizador bien podría estar aquí revisitando conscientemente el estilo de aquellas películas, como así también los films sobre la zona shitamachi de Tokio, como Maquillajes de Ginza y Crisantemos tardíos. La llegada del otoño comparte con Los malos duermen bien, de Akira Kurosawa –junto con la cual fue lanzada en un doble programa–, una mirada sobre Tokio como metrópolis desmadejada, hiper desarrollada y fea, en la cual la desconfianza y el engaño son moneda corriente, aunque a Naruse le preocupa menos la corrupción corporativa que la desintegración de la vida familiar”. (Catherine Russell, The Cinema of Naruse Mikio, 2008).

(79'; 35mm).

 

Viernes 6  

A las 15 y 21 horas 

La llegada del otoño

(Aki tachinu; Japón, 1960).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Nobuko Otowa, Murasaki Fujima, Kamatari Fujiwara.

(79'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Marido y mujer

(Fûfu; Japón, 1953)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Ken Uehara, Yoko Sugi, Mariko Okada.

Marido y mujer se centra en los problemas económicos de una joven pareja casada, propiciando un distanciamiento que puede desembocar en ruptura. Ken Uehara y Yoko Sugi interpretan a la pareja, obligada a vivir en una habitación alquilada en el piso de un amigo excéntrico cuya presencia irrita la latente insatisfacción del matrimonio.

“Al igual que en el cine de Ozu, menos siempre significa más en la obra de Mikio Naruse. Y aunque el estilo de Naruse es ecléctico al punto de que no impone, como hacía Ozu, extremas limitaciones para la cámara y la gramática y estructura cinematográficas, comparte con Ozu (y con la mayoría de los artesanos y artistas de Japón), un profundo respeto por la vida y una transparente honestidad a la hora de plasmarla en imágenes". (Donald Richie, Cinema: A Critical Dictionary. 1980).

“La transitoriedad y la falta de vivienda vuelven a ser temas prominentes en Marido y mujer. (…) En esta vida, un buen matrimonio sólo puede ser un accidente feliz. Al tiempo que el film parece defender la idea de un matrimonio feliz, también describe sistemáticamente los obstáculos para lograr ese ideal en el marco del tejido social fragmentado por la expansión urbana. Como en Vida de casado, es el ama de casa quien paga el precio de la soledad y el aislamiento en las nuevas configuraciones domésticas de la urbe de posguerra”. (Catherine Russell, The Cinema of Naruse Mikio, 2008).

(87'; 35mm).

 

Sábado 7  

A las 15 y 21 horas 

Nubes flotantes

(Ukigumo; Japón, 1955).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Masayuki Mori, Chieko Nakakita.

(123'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Crisantemos tardíos

(Bangiku; Japón, 1954)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Haruko Sugimura, Sadako Sawamura, Ken Uehara.

Kurahashi es una ex geisha que se dedica a prestar dinero a empresarias de la zona, muchas de las cuales son asimismo antiguas geishas. Vive en un modesto pero confortable hogar del distrito central de Tokio con una criada sorda llamada Shizuko. Obstinada a la hora de cobrar los pagos que sus clientas le deben, a menudo debe enfrentarse a su irritación y a generosas dosis de sarcasmo.

“Por lo general, ningún estudio hubiera permitido la realización de un argumento tan simple, pero dado el éxito del film anterior de Fumiko Hayashi, me autorizaron a filmarlo. Crisantemos tardíos resultó una labor sumamente feliz”. (Mikio Naruse).

“El cine es una forma de desaparecer, de hundirnos en la oscuridad y hacernos invisibles. Al cine debemos ir solos, y la película pasa a pertenecernos únicamente cuando , después de verla, no tenemos que hablar con nadie de ella. El misterio nunca dura mucho, pero quizás es posible llevarlo consigo al cruzar la calle e ir caminando entre personas que nada saben de la transformación que acaba de tener lugar en nosotros. Crisantemos tardíos, de Mikio Naruse, es una de esas películas que siguen actuando en nuestro ánimo también después de haber cruzado muchas calles". (Daniel Schmid, En recuerdo de la gran actriz Haruko Sugimura. 1998).

(101'; 35mm).

 

Domingo 8  

A las 15 y 21 horas 

Crisantemos tardíos

(Bangiku; Japón, 1954)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Haruko Sugimura, Sadako Sawamura, Ken Uehara.

(101'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Lluvia repentina

(Shûu; Japón, 1956)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Setsuko Hara, Keiju Kobayashi, Shûji Sano.

Lluvia repentina describe cómo los aspectos negativos de la vida matrimonial pueden llegar a ser abrumadores y estresantes. Setsuko Hara interpreta a una mujer cuya existencia parece reducirse a nada más que sobrevivir con dos comidas diarias y pelearse constantemente con su marido. Éste, por su parte, se niega a aceptar la idea de que su esposa consiga un trabajo para mejorar la situación financiera de la pareja.

“El relato quintaesencial de Naruse surge del choque entre la fuerte voluntad de la mujer protagonista y las traiciones, de origen familiar y/o masculino, que su contexto le depara. (...) El hombre naruseano rara vez muestra la virtud de la sabiduría. Es, por definición, una criatura débil y egoísta, siempre falible, que saca partido de su rol social dominante más por automatismo que por maldad. (...) En efecto, los hombres en el cine de Naruse parecen dividir a las mujeres que les rodean en estas dos categorías: la primera una traslación de la famosa figura de la geisha, objeto de consumo masculino para el entretenimiento y la adulación. La segunda, una reminiscencia de la madre tradicional japonesa: virtuosa, sacrificada y con una fuerza psicológica que ofrece un refugio emocional seguro. En ambos casos, el sometimiento a la voluntad masculina es claro. Tanto de la geisha como de la madre se espera que oculten su yo, y con él sus necesidades propias, para ponerse al servicio de las necesidades del hombre". (Miguel Muñoz Garnica, El antepenúltimo mohicano. Febrero 2017) (91'; 35mm).

 

Martes 10  

A las 15 y 21 horas 

Marido y mujer

(Fûfu; Japón, 1953)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Ken Uehara, Yoko Sugi, Mariko Okada.

(87'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Hijas, esposas y una madre

(Musume tsuma haha; Japón, 1960).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Setsuko Hara, Hideko Takamine, Akira Takarada.

En una familia de clase media de Tokio, una de las hijas ha enviudado joven, y todos los miembros desean que vuelva a casarse. La madre es una anciana viuda que vive en una casa grande del centro de Tokio. Los hijos están deseando vender la casa, pero no saben qué hacer con su madre.

“Mikio Naruse era una persona tímida y no le gustaba hacerse notar. Tenía una mirada a la vez cálida y penetrante. Siempre se fijaba en lo que pensaba y sentía la gente corriente. Buscaba material para sus películas en las alegrías y los pesares de la gente corriente. Intentaba siempre representar los momentos buenos y malos de las vidas comunes. Yo actué en diecisiete películas de Mikio Naruse (...) En sus películas los exteriores estaban llenos de gente y las casas eran edificios baratos. La gente comía ramen y ochazuke, y los personajes de sus películas no tenían casi glamour. A veces insertaba planos en los que aparecía una banda musical de hombres sándwich (chindon-ya). Ese era el mundo de Mikio Naruse". (Hideko Takamine, My Professional Diary. 1976).

(123'; 35mm).

 

Miércoles 11  

A las 15 y 21 horas 

Lluvia repentina

(Shûu; Japón, 1956)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Setsuko Hara, Keiju Kobayashi, Shûji Sano.

(91'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Su camino solitario

(Hôrô-ki; Japón, 1962)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Kinuyo Tanaka, Akira Takarada.

El padre de la novelista Fumiko Hayashi ha sido encarcelado y ella debe cuidar a su madre, pero está decidida a vivir la vida a su modo y comienza a trabajar en un café para mantenerse. Allí conoce a un escritor, quien la anima a unirse a su grupo literario. Fumiko se enamora de él e inicia su carrera como escritora, pero se muestra consternada cuando se entera que él está comprometido con otra mujer. 

“Al parecer, Naruse descubrió en la escritora Fumiko Hayashi, una especie de 'alma gemela' y, con una obstinación que no parece privativa de sus personajes, fue adaptando, una tras otra, todas sus obras, para acabar con su primera novela, plenamente autobiográfica, la admirable Hôrô-ki”. (Miguel Marías, 1998).

(127'; 35mm).

 

Jueves 12  

A las 15 horas 

Hijas, esposas y una madre

(Musume tsuma haha; Japón, 1960).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Setsuko Hara, Hideko Takamine, Akira Takarada.

(123'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Vida de casado

(Meshi; Japón, 1951)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Ken Uehara, Setsuko Hara, Yukiko Shimazaki.

El matrimonio Okamoto vive en una zona residencial de Osaka. Aunque llevan cinco años de casados, no tienen hijos y entre ellos comienza a surgir una irritación mutua. Él es agente de bolsa en una modesta compañía y ella pasa los días realizando las tareas del hogar. Su banal existencia se ve súbitamente alterada por una inesperada visita.

“Empezando por Vida de casado, adapté sucesivamente varias obras de Fumiko Hayashi: El relámpago (1952), Esposa (1953, según la novela Ojos marrones), Crisantemos tardíos (1954) y Nubes flotantes (1955). En un principio estaba previsto que Vida de casado la dirigiera Yasuki Chiba. Pero como se enfermó, yo ocupé su lugar. Así tuve la oportunidad de involucrarme por azar con la obra literaria de Fumiko Hayashi. La novela en la que se basa Vida de casado quedó inacabada debido a su repentina muerte. Me parece un curioso guiño del destino: yo, que había intentado en vano hacer La mujer caída cuando ninguno de sus libros había sido llevado al cine, pude por azar adaptar su última obra...” (Mikio Naruse, Las obras de Fumiko Hayashi y yo. 1956).

(96'; 35mm).

 

Viernes 13  

A las 15 horas 

Su camino solitario

(Hôrô-ki; Japón, 1962)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Kinuyo Tanaka, Akira Takarada.

(127'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Hijas, esposas y una madre

(Musume tsuma haha; Japón, 1960).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Setsuko Hara, Hideko Takamine, Akira Takarada.

(123'; 35mm).

 

Sábado 14  

A las 15 y 21 horas 

El relámpago

(Inazuma; Japón, 1952)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Mitsuko Miura, Chieko Murata.

Kiyoko y su familia viven en el distrito central de Tokio. Tiene 23 años, es cobradora de autobús, pero anhela llegar a algo más en la vida. Harta de las constantes rencillas de sus familiares por motivos económicos, Kiyoko se traslada a los suburbios y alquila una habitación a una anciana viuda.

“Es cierto que la buena reputación de Vida de casado me ayudó a salir de la mala racha en la que me encontraba metido. ¿Por qué me empeñé después con tenacidad en seguir adaptando obras de Fumiko Hayashi? Pensaba que mi camino como realizador me acercaba a su literatura y porque, en cualquier caso, creía que aprendería mucho si seguía trabajando con sus obras. Existe cierto debate sobre la adaptación de obras literarias. Y también puede haber un problema en empeñarse hasta ese punto en la obra de un autor particular. Sin embargo, me gusta pensar que el esfuerzo de adaptar algunas de las obras literarias de Fumiko Hayashi me sirvió para asimilar muchas lecciones que contribuyeron a mi aprendizaje personal”. (Mikio Naruse, Las obras de Fumiko Hayashi y yo. 1956).

“Películas como Madre o El relámpago (ambas de 1952) hablan de familias complejas con muchos hijos, pero los argumentos son sencillos, mínimos incluso. Sin embargo, en los momentos de clímax, Naruse sabía llenar la pantalla de acalorada tensión y en cada rincón del cuadro surgían vibraciones puntuales, lo que constituye la esencia del cine. Estos efectos ejercen un fuerte atractivo sensorial sobre el espectador. Para esos momentos críticos Naruse solo necesitaba a un hombre y una mujer". (Shiguehiko Hasumi, Mikio Naruse o la doble rúbrica. 1998)

(87'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Su camino solitario

(Hôrô-ki; Japón, 1962)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Kinuyo Tanaka, Akira Takarada.

(127'; 35mm).

 

Domingo 15  

A las 15 y 21 horas 

Vida de casado

(Meshi; Japón, 1951)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Ken Uehara, Setsuko Hara, Yukiko Shimazaki.

(96'; 35mm).

 

Martes 17  

A las 15 y 21 horas 

Una mujer indomable

(Arakure; Japón, 1957).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Ken Uehara, Masayuki Mori.

Oshima lleva desde niña trabajando muy duro para la familia adoptiva que se hizo cargo de ella cuando sus padres biológicos no pudieron seguir cuidándola. Aunque se escapó la noche antes de tener que casarse con un amigo de la familia a quien le había sido concedida su mano, esta vez ha cedido y aceptado el matrimonio de conveniencia con un comerciante bien situado. Ella intenta hacer todo lo posible por agradar a su marido y sacar adelante la casa, pero todo lo que obtiene a cambio son desplantes, reproches y celos.

“Mucho antes de la llegada del feminismo, Naruse trató temas particularmente sensibles para el público femenino, como el dilema entre permanecer fiel a la familia tradicional o tomar un rumbo independiente. A diferencia de las mujeres inmortalizadas por Ozu y Mizoguchi, que solían aceptar su condición sacrificial con estoicismo, las mujeres de Naruse son también víctimas del mundo masculino, pero se rebelan contra el sistema que las oprime y prefieren un camino solitario antes que resignar su libertad. En un cine tan codificado como el japonés, donde cada director tenía su especialidad, la de Naruse era el shomingeki, o el film de corte realista, con personajes provenientes de la clase trabajadora. Pero a diferencia del melodrama convencional, los films de Naruse nunca castigan a sus personajes ni el guion presenta un destino clausurado, inmutable. Por el contrario, su cine está siempre abierto, nunca termina con el plano final". (Luciano Monteagudo, Página/12. Noviembre 2007).

(121'; 35mm).

 

A las 18 horas 

El relámpago

(Inazuma; Japón, 1952)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Mitsuko Miura, Chieko Murata.

(87'; 35mm).

 

Miércoles 18  

A las 15 horas 

A la deriva

(Nagareru; Japón, 1956)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Kinuyo Tanaka, Isuzu Yamada, Hideko Takamine.

Rika acaba de enviudar y está buscando trabajo. Su agencia de empleo la envía a una casa de geishas en la que necesitan a alguien que se ocupe de la limpieza y de la cocina. Conoce a Tsutayako, la patrona, quien acepta contratarla, pero se entera que la casa de geishas está retrasándose en el pago de sus facturas y que podría ponerse a la venta.

“Como el objetivo de Naruse no es hacer propaganda a favor de la emancipación de la mujer sino más bien mostrar una condición de conciencia cautiva, sus películas son más eficaces a la hora de mostrar lo peor que la sociedad japonesa depara a la mujer. Las mujeres de Naruse siguen manteniendo la ilusión de independencia, lo que enmascara el exilio en que viven. La heroína de Naruse puede ser un símbolo para todo aquel que se haya visto atrapado entre sus ideales y la realidad y deba conformarse con algo insatisfactorio como en Vida de casado (1951); o se vea sin nada porque todos sus ideales han sido aplastados y sólo le quede el sentido del autorrespeto, como en Crisantemos tardíos (1954) o en Cuando una mujer sube la escalera (1960); o mantenga la determinación de ver cumplido su ideal contra viento y marea, como en El relámpago (1952) o en A la deriva (1956). Todas estas formas de aguantar las decepciones y traiciones de la vida resultan familiares para los espectadores de todo el mundo, y de ahí nace el carácter único del cine de Mikio Naruse". (Audie E. Bock, Mikio Naruse: A Master of the Japanese Cinema. 1984)

(116'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Una mujer indomable

(Arakure; Japón, 1957).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Ken Uehara, Masayuki Mori.

(121'; 35mm).

 

Jueves 19  

A las 15 y 21 horas 

A la deriva

(Nagareru; Japón, 1956)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Kinuyo Tanaka, Isuzu Yamada, Hideko Takamine.

(116'; 35mm).

 

Viernes 20  

A las 15 y 21 horas 

La voz de la montaña

(Yama no oto; Japón, 1954)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Setsuko Hara, Ken Uehara, So Yamamura.

Shuichi, hijo de Shingo, un próspero hombre de negocios de Tokio, vive con sus padres y su esposa en una confortable casa de Kamakura. Shuichi trabaja en la compañía de la que su padre es ejecutivo, por lo que acuden juntos a trabajar en tren. Por las tardes, sin embargo, se queda a menudo en la capital, bebiendo y divirtiéndose con su amante. La esposa aguarda pacientemente su regreso, cuidando de sus parientes políticos hasta su llegada a altas horas de la noche. 

“Me encantan las novelas de Yasunari Kawabata, por lo que propuse ésta a la productora Toho. Pienso que la historia capta realmente uno de los temas de Kawabata –el del padre y la nuera– con gran eficacia. Siempre ha sido una de mis películas favoritas” (Mikio Naruse).

“El método de Naruse consiste en colocar un breve plano tras otro pero cuando los ves empalmados en la película resultante dan la impresión de formar una sola toma larga. El flujo es tan majestuoso que los empalmes son invisibles. Este flujo de planos cortos que a primera vista parece plácido y convencional luego se revela como un río profundo con una superficie tranquila que disimula una rápida y turbulenta corriente subterránea. Su destreza en esto no tenía parangón". (Akira Kurosawa, Autobiografía o algo parecido. 1982)

(94'; 35mm).

 

Sábado 21  

A las 15 y 21 horas 

Cuando una mujer sube la escalera

(Onna ga kaidan wo agaru toki; Japón, 1960)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Masayuki Mori, Tatsuya Nakadai.

Keiko acaba de quedarse viuda y tiene que valerse por sí misma. Encuentra un empleo como anfitriona en un local de Tokio, pero además de cubrir sus propios gastos debe ayudar económicamente a un hermano enfermo y sin trabajo. Tras seducir a un rico cliente, una joven geisha deja el trabajo, cosa bastante habitual. En cambio, Keiko, que desea honrar la memoria de su marido, se niega a relacionarse con los ricos clientes de la casa.

“Naruse no es ya el 'cuarto grande' entre los cineastas japoneses, sino, sencillamente, de uno de los veinte o veinticinco más grandes autores cinematográficos que han existido en el mundo. (...) Al menos dos de sus películas, La voz de la montaña y Nubes flotantes, y quizá una tercera, Cuando una mujer sube la escalera, me parecen tan buenas como las mejores películas de Mizoguchi, Ozu, Ford, Chaplin, Rossellini, Dreyer, Renoir o Hitchcock, es decir; comparables a las más grandes de la historia del cine”. (Miguel Marías, Sereno esplendor de Naruse. Casablanca Nº39, Marzo 1984).

(110'; 35mm).

 

A las 18 horas 

La voz de la montaña

(Yama no oto; Japón, 1954)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Setsuko Hara, Ken Uehara, So Yamamura.

(94'; 35mm).

 

Domingo 22  

A las 15 y 21 horas 

Nubes dispersas

(Midaregumo; Japón, 1967).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Yuzo Kayama, Yoko Tsukasa, Mitsuko Kusabue.

Yumiko, una joven casada, está embarazada por primera vez. Su marido Hiroshi, que trabaja en el Ministerio de Comercio e Industria, ha subido de categoría y tiene un nuevo destino en Washington. Sin embargo, todo se derrumba cuando Hiroshi muere atropellado en un accidente. Última película de Naruse (y una de sus pocas incursiones en el uso del color), Nubes dispersas se rodó especialmente para conmemorar el 35º aniversario de la productora Toho.

“Otra vez la viudez como camino a la independencia femenina, y un paso más decidido de Naruse rumbo al melodrama clásico, a través de una secuencia dramática que lleva a que Yumiko pierda a su marido en un accidente automovilístico, antes de que el conductor del auto se acerque a ella –como modo de expiar su culpa– hasta rozar el límite más peligroso: el del amor. Con resonancias de los melodramas más descabellados de Douglas Sirk y anticipando si se quiere la línea dramática de la danesa Corazones abiertos (2002, Susanne Bier), Nubes dispersas coloca a Mikio Naruse en un cruce de caminos estéticos que el autor, campeón del bajo perfil, jamás habría buscado". (Horacio Bernades, Página/12. Febrero 2004).

(107'; 35mm).

 

A las 18 horas 

Cuando una mujer sube la escalera

(Onna ga kaidan wo agaru toki; Japón, 1960)

Dirección: Mikio Naruse.

Con Hideko Takamine, Masayuki Mori, Tatsuya Nakadai.

(110'; 35mm).

 

Martes 24  

A las 18 horas 

Nubes dispersas

(Midaregumo; Japón, 1967).

Dirección: Mikio Naruse.

Con Yuzo Kayama, Yoko Tsukasa, Mitsuko Kusabue.

(107'; 35mm).

 

info

INFORMACIÓN IMPORTANTE PARA EL DÍA DE LA VISITA: