24 EXPOSICIONES

Una construcción entre imágenes y palabras a lo largo del tiempo

MUESTRA 1/

El instante

Ventanas y calle han sido desde la primera imagen fotográfica existente objetos imprescindibles en la representación del mundo hecha con cámaras. Si a eso se le suman espejos, se podría obtener gran parte del canon fotográfico modernista, que encontró en los géneros del retrato y en el de la Street Photography a dos de sus principales faros. Entre la quietud de los gestos corporales y la instantánea del frenesí de las ciudades, la snapshot de una cámara fue retratando la vida moderna.

 

Alberto Goldenstein, Sin título, 1988

Sin título, 1988, de Alberto Goldenstein, transcurre en una de esas ciudades, que podría ser cualquiera pero no, inferimos es Buenos Aires. Su calle, su vereda, una ventana espejada y el sol rebotando, casi entrando en el recuadro de la imagen. Invadiéndola, llenando de sombras que se mezclan y cruzan entre sí formando un laberinto de líneas y formas diagonales que se confunden con la trama de las baldosas. El caos de la desprolijidad urbana en colores reflejándose a sí mismo. Mientras, casi en el medio, en el centro del escenario y escultóricamente imperturbable, la pose del perro y su mirada congelada. Y atrás, la imagen dentro de la imagen: atrapada en el tono ocre-oxidado del vidrio, la mirada de la mirada de ese espía en el centeno, atrapado mirando. Una imagen que en toda su superficie de reflejos se plantea como un retrato, no de un perro ni menos aún del fotógrafo, un retrato de la más moderna de las artes: la fotografía.

No es la imagen de un instante preciso, sino precisamente de un instante. Las imágenes de Goldenstein siempre tienen esa proximidad de la instantánea, acercando un visión del mundo que va hacia las personas y a las cosas, para mirarlas, no para constatar algo y así terminar acoplando la imagen a una gran narrativa previa, sino para ver si hay algo para ver, para entrar en la imagen, para entregarse a la imagen en tanto imagen. 

Sus imágenes permiten leer a la fotografía como la crónica de un error. A la representación como un error humano, demasiado humano, casi analógico. Una mirada que cuestionando prejuicios y convencionalismos visuales busca componer el mundo a través de la cámara. Para ver con la cámara y no para ser operado por ella. Una forma (im)posible de entender el mundo a través de un cristal.

 

Ariel Authier

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